Existen canciones que
nacieron para convertirse en únicas, y sin duda una de esas es "Pedro
Navaja", la historia del criminal tipo galán de barrio con el sombrero de
ala ancha y su diente de oro; es un clásico de nuestra música, patrimonio
de ese «otro» que nos habita, con un lenguaje coloquial, directo y muy
callejero.
Escrita por el músico
panameño Rubén Blades e interpretada por el mismo junto con Willie Colón,
esta famosa salsa está inspirada en la canción Mackie Messer de Bertolt
Brecht con música de Kurt Weill, narra los últimos momentos del criminal y una
prostituta en una calle del "viejo barrio". La canción fue incluida
en el álbum Siembra, en 1978, y aborda los temas de la vida, la muerte y lo
inesperado todo con un fuerte toque de humor negro.
Cuando se le preguntan a
la dupla ganadora Blades-Colón, sobre el origen de este famoso personaje,
prefieren reservase el momento en que se les ocurrió la idea de concebir
a Pedrito; un tipo que por momentos parece salido de algún guión de
Scorsese y ser uno de los muchachos de Pandillas de Nueva York.
No hay duda que Pedro
Navaja fue la piedra angular más que una hoja del gran Grial en este estilo
callejero-musical, convirtiéndose en uno de los temas más
representativo de la música latino americana, abriendo las puertas de la
‘salsa conciencia' al planeta de todas las músicas. El famoso disco
Siembra vendió en menos de dos semanas más de un millón de copias sólo en
Estados Unidos y Pedro Navaja fue más conocido que el propio Richard Nixon.
Un carro pasa muy despacito por la avenida,/ no tiene marcas, pero
to´ saben que es policía./ Pedro Navaja, las manos siempre dentro el gabán,/
mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar./ Mientras camina pasa la
vista de esquina a esquina,/ no se ve un alma, está desierta to´a la avenida/
Cuando de pronto esa mujer sale del saguán/ y Pedro Navaja aprieta un puño
dentro el gabán./ Mira pa´ un la´o, mira pa' el otro y no ve a nadie,/ y a la
carrera, pero sin ruido, cruza la calle./ Y mientras tanto en la otra acera va
esa mujer/ refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer.
Al verla al otro lado de la calle, Pedro Navaja corre hacia ella y
la apuñala justo en el momento en el que ella toma su revólver Smith &
Wesson y alcanza a herirlo. Indiferente por la cotidianidad de este tipo de
escenas y ante el temor a las represalias, "nadie salió, no hubo curiosos,
no hubo preguntas, nadie lloró". Sólo un borracho tropieza con ellos, y se
lleva el puñal, el revólver y el dinero para entonar el coro: "La vida te
da sorpresas, sorpresas te da la vida".
Al final de la canción se
relata, a manera de crónica noticiosa, que el hecho ocurrió en Nueva York, a la
vez que se da el nombre real de Pedro Navaja: Pedro Barrios. El radionoticiero
se desvanece antes de dar a conocer detalles sobre el crimen, pero en numerosas
versiones en vivo, Blades añade pistas sobre los hechos: ".
En una entrevista que se le hizo
Blades, contaba que en cierta ocasión Carlos Fuentes le dijo que
admiraba su capacidad de síntesis, porque en un tiempo estrecho de siete
minutos él podía desarrollar una historia que al escritor mexicano le hubiera
llevado sus buenos años y miles de cuartillas. Y agregaba el panameño: «Si tú
analizas mi trabajo y lo comparas álbum por álbum, vas a ver la pintura de una
realidad urbana, y eso es un trabajo en proceso, pero las partes que están más
o menos completas las he ido cortando para armar. Ahí te das cuenta que “Juana
Mayo” está conectada con Pedro Navaja, y que éste tiene algo que ver con Carmelo
Da' Silva y que Pablo Pueblo, de alguna forma, tiene que ver con Adán García ,
y que Cipriano Armenteros está conectado con este otro. Es como un trabajo para
armar»